sábado, 16 de abril de 2016

Mensajes amables de fin de semana: hacer ejercicio sin controlar el equilibrio de las hormonas insulina-glucagón no vale para mucho



Estimad@s Clientes y/o amantes del LEAN:

En este escrito voy a resumir lo que he ido mirando estos días para llevar al cuerpo a unas condiciones físicas mínimas
La semana pasada hablaba de cómo hacer el ejercicio físico; concluíamos que es mejor, según los especialistas, hacer primero el entrenamiento de fuerza y después el ejercicio aeróbico
La razón que dábamos es la siguiente: para el entrenamiento de fuerza, el organismo obtiene la energía casi exclusivamente a través de la degradación de las reservas de glucógeno muscular (azúcares). De esta forma, en el ejercicio aeróbico que posteriormente realizaremos las reservas de glucógeno estarán parcialmente degradadas y el organismo accederá a los depósitos de grasa de forma más rápida para la obtención de energía.

Este, para mí, gran detalle ( primero anaeróbico, después aeróbico ), me da las pautas para el momento en que decido “ponerme las zapatillas”, ….ese acto de voluntad que, como te dicen nada más pisar un gimnasio, es el momento clave donde se va a decidir si esto va en serio o será uno más de las cosas que escribiremos de nuevo en la “Bucket list” del primero de Enero del año que viene
Para vencerlo, recomiendo la lectura de estas dos entradas:
Bucket list:

http://historiasdellean.blogspot.com.es/2015/12/mensajes-amables-de-fin-de-semana-se.html



De la película “The bucket list”…..en España se tradujo como : “Ahora o nunca”….por cierto, maravillosa interpretación de esos dos monstruos del séptimo arte
66 días para crear nuevos hábitos:

Pero no haríamos mucho si nos ponemos las zapatillas y no revisamos las razones por las cuales vemos que, a pesar del ejercicio físico, no bajamos kilos ni a la de tres ( quitando los dos o tres primeros, típicos de la eliminación de líquidos )
Por eso, buceando en su día en Internet y leyendo algún libro que otro, di con la siguiente argumentación:
Mientras la insulina en el cuerpo esté alta, ocurrirá lo siguiente:
-Los carbohidratos que digerimos se transforman en grasa
-La grasa que tenemos almacenada no puede ser liberada
-Aparece lo que se ha dado en llamar “inflamación silenciosa”, algo que no provoca alerta porque queda por debajo del umbral del dolor, pero que es nada más y nada menos…!! una inflamación de todas las células de nuestro cuerpo!!, lo que va machacando silenciosamente nuestro organismo, con efectos demoledores a medio y largo plazo

El equilibrio de las hormonas insulina-glucagón: 
La insulina puede considerarse una hormona de almacenamiento, porque se encarga de que el cuerpo almacene nutrientes. Sin suficiente insulina (como en la diabetes tipo I), las células acabarían muriéndose de inanición. El exceso de insulina (como en la diabetes tipo II, una hiperinsulinemia crónica) acaba almacenando en exceso (sobrepeso y obesidad) y acelera el envejecimiento.
La insulina alta no sólo almacena los carbohidratos ingeridos como grasa, sino que impide que esta grasa se libere (es por tanto una hormona de almacenamiento y cierre).
La insulina se estimula primariamente por el consumo de carbohidratos (cuanto más glucémico es un carbohidrato más rápida e intensamente aumentará la producción insulínica) o bien por el consumo excesivo de calorías totales en una misma comida.
Dado que la insulina y el glucagón forman un par conectado, para mantener una insulina estable hay que conocer también a su opuesto hormonal, el glucagón.
El glucagón, a diferencia de la insulina, es una hormona de movilización. El glucagón ordena al hígado liberar la glucosa almacenada para restaurar el azúcar que el cerebro necesita. Sin niveles adecuados de glucagón, aparece el hambre y la fatiga mental. Si la insulina se estimula primariamente por el consumo de carbohidratos, el glucagón se produce en respuesta al consumo de proteínas.

¿Qué sucede cuando estamos muy hambrientos? Tenemos los niveles de azúcar bajos, mientras la insulina está elevada. Es por esto que es bueno comenzar toda comida con proteínas. El consumo de proteínas descargará glucagón, que restaurará el azúcar a partir del almacenado en el hígado, y al aumentar el glucagón se reducirá la insulina alta.
Más detalles en la entrada:

El glucógeno es el supercombustible o la gasolina del cuerpo humano:
Tanto el almidón, que pertenece a las células vegetales, como el glicógeno, de las células animales, son polisacáridos de almacenamiento que se acumulan formando gránulos.
Estos polisacáridos están altamente hidratados ya que tienen cientos o miles de grupos OH expuestos al medio acuoso. Ambos son polímeros de glucosa en distintas estructuras.

El glicógeno o glucógeno es un polímero glúcido ramificado de glucosa pero más compacto que el almidón.
El glicógeno o glucógeno es una forma que tiene el cuerpo de acumular energía. Se puede decir que el glicógeno o glucógeno es el "super combustible" o la gasolina del organismo humano.
Es el combustible de los esfuerzos intensos; almacenado en los músculos y en el hígado funciona como una reserva de energía. 

 Glicógeno + Oxígeno  = energía



El glicógeno está siempre asociado al agua: 1 g de glicógeno se asocia a 2,7 g de agua.
El organismo puede almacenar hasta 600 g de glicógeno. Con ejercicio, esta reserva se agota rápidamente, y la falta de glicógeno produce agotamiento. Por ello los deportistas deben reducir el ritmo de entrenamiento cuando eso ocurre.
El glicógeno se forma a partir de la glucosa presente en los glúcidos: Azúcar, fruta, pan, arroz, cereales, patatas, etc.
Se necesitan 48 horas para renovar las reservas, tiempo que se reduce si hay absorción de lípidos.   
Polímero de muchas ramificaciones, el glicógeno es almacenado sobre todo en el hígado y parte de él se almacena en los músculos, pero también puede encontrarse en algunas células del cerebro, en el útero, y en la vagina.
Que el glucógeno sea una molécula tan ramificada es importante porque la ramificación aumenta su solubilidad.




La ramificación facilita tanto la velocidad de síntesis como la de degradación del glucógeno.
En los animales, el glicógeno es el análogo del almidón de los vegetales.
Como reserva de energía, el glicógeno cubre rápidamente cualquier necesidad de glucosa. Aunque solo el glicógeno almacenado en el hígado se puede hacer accesible a otros órganos.
Cuando el organismo o la célula requieren de un aporte energético de emergencia, como en los casos de tensión o alerta, el glucógeno se degrada nuevamente a glucosa, que queda disponible para el metabolismo energético.
En el hígado la conversión de glucógeno a glucosa libre en sangre está regulada por las hormonas glucagón y adrenalina. El glucógeno hepático es la principal fuente de glucosa sanguínea, sobre todo entre comidas. El glucógeno contenido en los músculos es para abastecer de energía el proceso de contracción muscular.
El glucógeno se almacena dentro de vacuolas en el citoplasma de las células que lo utilizan para la glucólisis. Estas vacuolas contienen las enzimas necesarias para la hidrólisis de glucógeno a glucosa.
En los músculos, el glicógeno se encuentra en una concentración mucho más baja (el uno por ciento de la masa del músculo), pero la cantidad total en ellos excede a la del hígado. Cantidades pequeñas de glicógeno se encuentran en riñones, e incluso cantidades más pequeñas en células del cerebro y leucocitos de la sangre. El útero también almacena glicógeno durante embarazo, para alimento del embrión.
Función y regulación del glicógeno en el hígado
Cuando hablamos del azúcar en la sangre nos referimos a la cantidad de glucosa que hay en ella. La glucosa, transportada vía la circulación sanguínea, es la fuente primaria de la energía para las células del cuerpo.



El ejercicio agota rápidamente las reservas de glicógeno.

La concentración del azúcar en la sangre, o el nivel de la glucosa, está firmemente regulado en el cuerpo humano. Normalmente, el nivel de la glucosa en la sangre se mantiene entre cerca de 4 y 6 Mmol/L.
El nivel normal de la glucosa de la sangre (homoeostasis) está sobre 90 mg/100 ml o 5 mM. La medida total de la glucosa en la sangre que circula es por lo tanto cerca de 3,3 a 7 g (si se asume que un volumen ordinario de la sangre del adulto de 5 litros).
Los niveles de la glucosa se elevan después de las comidas y generalmente son más bajos por la mañana, antes del primer menú del día.
Desórdenes del metabolismo del glicógeno
La enfermedad más común provocada por desórdenes en el metabolismo del glicógeno es la diabetes.

Niveles anormales de glucosa en la sangre conducen a la condición de hiperglicemia, si son altos, y de hipoglicemia, si son bajos.
La diabetes Mellitus se caracteriza por una hiperglicemia persistente. Debida a varias  causas, es la enfermedad más prominente relacionada con la falta de la regulación del azúcar en la sangre.
Aunque se llama “azúcar en la sangre” a la glucosa, también en ella encontramos otros azúcares, como la fructosa y la galactosa.
Como ya se dijo, los niveles de glucosa en la sangre sólo se regulan vía insulina y glucagón.
El glucagón es otra hormona producida por el páncreas, que en muchos aspectos sirve como regulador a la insulina. Cuando elazúcar en la sangre comienza a caer debajo de lo normal, glucagón se secreta en mayor cantidad.
 
Fuentes Internet:

Es propiedad: www.profesorenlinea.cl - Registro N° 188.540



Que disfrutéis cada hora del fin de semana

Un cordial saludo

Alvaro Ballesteros


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